miércoles, 2 de marzo de 2011

Las artes plásticas y su colectividad

Las artes plásticas y su visión colectiva.
Son pocos los esfuerzos de construir iniciativas que fortalezcan un desarrollo que propicie un proceso en las artes plásticas con propuestas estéticas que tengan incidencia, no solo en la aprehensión técnica y teórica para el artista, sino en el establecimiento y ligazón con la sociedad en general, que incluya por supuesto, su caudal creativo al interior del país.
Fundamentalmente, se siguen casi a perpetuidad aquellos paradigmas que en nada contribuyen a  afianzar un marco fraterno de compañerismo solidario, crecimiento colectivo a favor de la individualidad y del mismo arte. Prima y se arrastran valores que son los cánones innegociables, como dictados inamovibles como la deslealtad, el anti pluralismo, el egoísmo, la envidia, las poses, la individualidad sobre lo colectivo (posiblemente esto sea un reflejo de nuestra sociedad). Además, el falso afán de perfilarse en el campo del glamur y del cosmopolitismo; hasta se vislumbran actitudes hedonistas, es decir la satisfacción del ”yo por el yo”; igualmente, el deseo de  transitar  en el mercado mercantilista donde la obra de arte, en la mayoría de veces, enajena, hace perder la visión regional hacia lo universal y supedita o mediatiza  la liberta de creación de los artistas.
Esto se convierte en un campo infértil en el proceso y desarrollo de las artes plásticas, y por ende de los trabajadores de la plástica. Los elementos ético – estético y la autocrítica, deberían ser componentes fundamentales en los creadores para intercambiar y reconocer al otro, su rol y función tanto del arte como aporte y conocimiento de y a su sociedad e historia. Al no estar consciente o no reconocer los anti valores que empujan a perpetuar dichos parámetros, seguirá siendo un escenario donde se evidencian las posturas infecundas y prevalezca la individualidad  sobre la otredad.
Mas sin embargó, como necesidad imperativa del ser humano de ser gregario,  y en este caso particular de las artes plásticas y de otras, bajo las sombrillas paradigmáticas, se crean pequeñas estructuras colectivas, grupos o gremios, ya sean estas por niveles de generaciones, ideológicas, estéticas, u otras; intereses comunes o afines que de alguna manera posibilitan el reencuentro, el intercambio de experiencias, conocimiento y con cierta propuesta estética para su entorno. Estos hechos, son importantes como parte de un ejercicio democrático y creativo, sin omitir que, esto fortalece momentáneamente el crecimiento de sus miembros.
Pero, este fenómeno colectivo, sigue teniendo los mismos componentes o patrones anteriormente señalados. La individualidad grupal, es individual,  no comparten las experiencias, poco o nulo es el intercambio con otros grupos, no se mira a la sociedad en su globalidad, se proyectan ser parte de la moda del mercado y prefieren el universalismo; una idiosincrasia que no permite la incidencia y el estudio o la abstracción del fenómeno del arte, no llega a cumplir el goce estético a la sociedad y  con ella su retroalimentación.
No quiero exceptuar, que todo nacimiento de los colectivos o grupos de creadores, es un enorme esfuerzo, una iniciativa plausible en contra de la hostilidad, son desafíos que surgen de sus propios desafíos, que si fuesen críticos, autocríticos y se intentará hacer el ejercicio de revisar los paradigmas e  historia,  se generarían nuevas propuestas del perfil y revalorar la función de los creadores, serían estas otras  causas de lucha derivadas de la reflexión, podrían ser esfuerzos incluyentes que potenciarían los espacios afincados a las necesidades de los creadores, del arte y en correspondencia con la sociedad.
Entonces, es ineludible la toma de conciencia de los creadores, de sus necesidades e intereses, con su entorno, con su grupo  gremio y con la colectividad, -que es la que demanda silenciosamente- para afinar y remozar mejor la recreación del entorno, de descifrar creativamente los temas, los anhelos, los sueños, las fantasías y hasta las pesadillas individuales y de su tejido social.
Desde luego que hay intentos y grupos que se han consolidado (estos son exiguos en nuestro continente), tomando la preferencia y opción de desbordar sus creaciones en base a la reflexión, al estudio de su tiempo y de su sociedad,  sin importar la tendencia o estilo artístico, grupos que se han concretado a partir de una misma necesidad, interés y foco; estableciendo una relación franca y reciproca entre lo individual y lo colectivo; buscan y defienden sus posiciones teóricas y prácticas y miran a la sociedad como fuente inagotable de motivación para la creación - recreación y los depositarios de sus expresiones estéticas.
Isaías Mata
2 de marzo 2011

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