Mural ‘’500 Años de resistencia’’
Iglesia San Pedro, La Mission, San Francisco, CA.
Su historia.
El padre Jack
Isaac, párroco de la iglesia San Pedro, hombre visionario, sensible, solidario,
humilde, con su voz y su iglesia a favor
del pueblo. Fue quien me comisionó la creación de este mural. ‘’Quiero que la gente de esta comunidad
latinoamericana del barrio de la Mission, se sienta orgullosa de sus pueblos y
de su historia”. El padre Jack, se vio preocupado del choque cultural de
los inmigrantes, de cómo se manifiesta en la perdida de los valores
identitarios, de su memoria histórica, proceso en el cual la cultura dominante subordina a la cultura del
inmigrante.
1492 a 1992,
eran 500 años de la venida de Cristóbal Colon, y en todo el continente se
manifestó de diversas formas el hecho de un mal llamado descubrimiento. Las
etnias y los movimientos sociales de la sociedad civil progresista de todo el
continente, lanzaron su voz de protesta, se manifestaron en contra de un
etnocidio, del saqueo espiritual y material, de la imposición de otra cultura, convirtiéndose
la conquista en la sistematización prolongada de una historia del exterminio, de
la violación a las soberanías, a la autodeterminación y a los Derechos Humanos.
El título de “500 años de resistencia”, no fue
casual, fue la intención de retomar y afirmar algunos aspectos de los valores
identitarios de nuestra franja latinoamericana, el intento de narrar la historia del pasado
hasta la historia del presente. De alguna manera, fue la simbiosis de
construcción del Sacerdote Jack Isaacs y este servidor.
Fue el gesto
aproximativo de reivindicar a los pueblos, las etnias, la multiculturalidad, al
inmigrante latinoamericano en Los Estados Unidos, a ese profundo complejo
proceso de mestizaje, al reinvento cotidiano de los pueblos que luchan por
mantener sus utopías y los esfuerzos de identidad, a ese profundo bagaje de la
memoria histórica, a los valores cosmogónicos, a ese intenso río de diversas
corrientes que viven con su profundo sentimiento identitario.
Su inicio y
producción en 1992
El mural fue producido, primero por la visión del Padre
Jacks Isaacs, por el apoyo y participación de la comunidad del barrio de la
Mission, la feligresía y los comerciantes que dólar sobre dólar, respaldaron
económica y moralmente la propuesta que se les presentó en un diseño, el cual
fue aprobado para su producción. Demando casi 9 meses en su creación, Walter W.
Godoy (salvadoreño) y Fred Avilés (mexicano norteamericano) fueron
temporalmente apoyos en la producción del mural.
Argumento visual
Calle 24, Barrio
La Misión
El mural intenta visualmente reconocer la cosmovisión de
los pueblos originarios donde la muerte es parte del ciclo de la vida, siendo
el renacer en nueva formas de vida, en la tierra, en las plantas, en la
cosecha, en la vida misma para continuar los procesos de la vida. Está lleno de
existencia, con agua, cerros montañas, cosechas, un cielo despejado y al centro
una mujer que anuncia la vida con un caracol y cortada las cadenas de la
esclavitud espiritual y material. Es el inicio argumental del mural.

La conquista, desde el uso del caballo, la pólvora y las
ojivas; es la expresión real de
invasión, del saqueo, de violación, del dolor, es el flanco de la muerte,
metafóricamente es la puerta del infierno, la antítesis de la vida. Estas
imágenes invasivas, encuentran la resistencia de los pueblos y el trabajo como
forma de dignificación del ser humano. En la parte superior, un fondo con
distintas formas, colores y tonos que tiene la tierra; en ella, un indígena
alado y crucificado, pero igual resistiendo los embates, en su mano una lanza y
un machete instrumentos de caza, trabajo y a la vez de lucha. Y un búfalo que de
alguna manera representa la relación cosmogónica de las etnias de Norteamérica.
Una mano obrera, gigante, hace el gesto con fuerza y determinación con trabajo,
y un alto a las conquistas.
En la parte inferior, está un rostro de perfil con firmeza con fisonomía Maya,
que encara las conquistas junto a rostros mestizos. Está el hombre jaguar, o
Jaguar, un valor-símbolo altamente significativo y mágico, de las culturas
Mesoamericanas y Sur América con su yaguareté (jaguar), representado en cientos
de expresiones como: asientos, figurillas o estatuillas, sellos, en murales, en
los códices, en las escalinatas de las pirámides, al Dios de la lluvia Tláloc, representado
con colmillos de jaguar, etc. Y la maternidad y las artes textiles de los
pueblos originarios.
En un rinconcito, aparece la flora con la candidez de una
niña.
En la parte superior de la siguiente pared, una escultura
monumental de la cultura Olmeca, a un costado un libro abierto con dos
versiones de la creación del ser humano, a la derecha la visión religiosa
occidental del catolicismo, y según el profeta Isaías, y a la izquierda, la
visión del Popol Vuh, libro sagrado de los Mayas y con una paloma guardiana de
la paz y la justicia. Y en la esquina el Dios del Maíz como símbolo de la
cultura Mesoamericana.
En la parte inferior, se destaca una mujer indígena
emulando a la virgen con símbolos circulares, como estrellas o iconos del uno
(1) número maya. Seguido de rostros étnicos y mestizas que habitan en todo el
continente. Orienta un colibrí que emerge del sol que es parte de la cultura
pre inca del valle de Nazca de Perú. En la esquina, con un ángulo que gira a la
calle Florida, en pose de oración está la mujer maíz, desnuda, la tierra o Pacha
Mama o madre tierra, que nace del sol, que es luz y vida a la vez.
Calle Florida
Continúa la otra mitad de la mujer maíz, en la parte
inferior, dos niños, son el futuro y camino hacia la paz. En la parte superior,
están algunos personajes con fe religiosa y sensibilidad social que han
aportado significativamente a la justicia a la paz y a la dignidad, la Santa
Kateri Tekakwhitza, Monseñor Oscar Arnulfo Romero (asesinado en El Salvador en
1980), el Padre Miguel Hidalgo y Costilla, prócer de la independencia de México,
Martin Luther King (asesinado en 1968), abogado de la etnia negra de Los
Estados Unidos y Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los esclavos durante
la conquista.


En el centro de la pared, se acentúa una enorme rueda,
simbolizando el desarrollo de los pueblos, que es empujada y halada por la
diversa multiculturalidad étnica. Al final de la pared, está la ciudad, que de ahí surge la población
multiétnica demandando derechos y reivindicaciones a favor de la paz, justicia,
equidad y los derechos laborales con protagonistas anónimos del pueblo, así
como, actores históricos que han abonado a la comunidad como el padre Jack Isaacs y el líder César Chávez.
Restauración,
abril 2013
Después de veintiún años, el mural estaba deteriorado,
fundamentalmente la pared de la calle Florida. José Artiga (salvadoreño)
contactó a este servidor en El Salvador, para que viniera a restaurarlo, es así
que, se formó un Comité de apoyo de restauración, siendo sus integrantes:
Eileen Purcell, Jeannette Sacchery Secretaria de la Parroquia, Susan Cervantes muralista, fundadora y
directora de Precita Eyes Mural Center y
José Artiga de SHARE Foundation. El comité inicio los esfuerzo a principios del
año de 2013. Los fondos para la restauración (compra de materiales, andamios,
pasaje, honorarios, etc.) fue por el aporte económico de: comerciantes,
feligreses, líderes comunitarios, vecinos de la comunidad, sacerdotes y amigos
del Padre Jack Isaac, sindicatos y amigos.


Se emprendió el proceso de restauración el 4 de abril, y
se concluyó el 20 de abril de 2013. Se utilizaron algunas técnicas restauración
con la participación del restaurador puertorriqueño Aureliano (Yano) Rivera,
administrado por Precita Eyes Murals. Incorporándose voluntariamente Mario López
Cativo (salvadoreño), la norteamericana Jenny Ferrigno, y el apoyo de Alberto
Miguel Sandoval. Finalmente, se incorporó el muralista Ernesto Paul (Coyote Cruising) y
destacar la participación en su momento de las niñas Caidin y Simone Ferrigno,
y Emilia Lubet, que a su nivel apoyaron este esfuerzo.
Dejo expreso mis altos agradecimientos, al Comité de
restauración del mural, a Precita Eyes Mural, a Susan Cervantes, a mi equipo de
trabajo, a mis amigos, compañeros, a la familia Ferrigno que me brindaron su
apoyo, a los vecinos, al Padre Manuel Estrada, Párroco de la Iglesia San Pedro,
a todas y todos que de distinta forma gravitaron y brindaron sus energías a
favor de este noble gesto para recuperar el mural de 500 Años de Resistencia, que
intenta llevar el mensaje de vida y de la memoria histórica, y que seguirá
siendo parte integral del corredor cultural de este barrio.

Igualmente, mis agradecimientos a la Mesa de Supervisores
(Board of Supervisors) de la ciudad de San Francisco, California, en especial
al Supervisor David Campos, por la Resolución de Declaratoria de considerar el
mural ’’Tesoro de la Ciudad de San
Francisco’’, al Obispo Auxiliar del Arzobispado, el Obispo William Justice
por bendecir el mural y a mis amigos: el poeta salvadoreño Jorge Argueta y
Jorge Molina, por brindar un ritual indígena en el acto de reinauguración.
Isaías Mata
Pintor y muralista salvadoreño
San Francisco, California. 30 de abril 2013