Esa hermosa experiencia muralística de las duplas de padre e hijos
IV Encuentro
latinoamericano de muralismo Godoy Cruz, Mendoza
El pasado IV Encuentro latinoamericano de muralismo y arte público, desarrollado
del 20 al 28 de octubre 2012, en la
ciudad de Godoy Cruz, Mendoza, organizado por la Dirección de Los Derechos
Humanos encabezada por el buen amigo y gestor socio cultural Diego Garecas y
con el apoyo de la Dirección de Cultura, Patrimonio y Turismo del municipio de
Godoy Cruz, Mendoza.
El Encuentro estuvo destinado al rescate y
homenaje o referencias a las obras de algunos pensadores del continente
latinoamericano tales como, Ernesto Cardenal, Juan Gelman, Augusto Roa Bastos,
Juan Rulfo, César Vallejos, Osvaldo Bayer, Gabriel García Márquez, Daniel
Moyano, Pablo Neruda, José Martí, Ernesto Tejada Gómez, Flores Magón, Hamlet
Lima Quintana, José Carlos Mariátegui, Arturo Roig, Paco Urondo, Julio
Cortazar, Paulo Freire, Eduardo Galeano,
entre otros. Concurrieron más de 80 muralistas de Chile, Perú, Bolivia,
Perú, México, Argentina y El Salvador. Fueron 30 murales que se crearon en
distintos sitios, concentrándose la mayoría en el barrio Sarmiento.
Este esfuerzo, cobra mucha
significación en tanto que la producción de los murales tiene el cielo como
techo, es decir, se convierte en un museo de cielo abierto, donde la comunidad
es la depositaria y beneficiada con dicha producción. Lo que representa ser un
dialogo vivo, franco, y el beneficio del goce estético, además del
embellecimiento y dignificación a favor del barrio y de los sitios donde se
crearon los distintos murales.
En este encuentro, es importante
destacar un hecho significativo, y es la participación de algunos colegas
muralistas, que brindaron su aporte desde la perspectiva de padre e hijo, es
como heredar el ejercicio y el oficio del arte plástico muralista, el encanto
de compartir y trabajar reflexivamente de tú a tú, como dupla que sienten
y tienen la convicción de aportar a los
anhelos vitales de la vida con el arte público.
Padres e hijos, fueron algunos
colectivos, que hicieron pareja como equipos de trabajo, pensaron y
construyeron sus diseños, arriba de los andamios trazaron las primeras líneas
en los muros, fueron poco a poco sacando
la magia del color y las formas, reflexionaron conjuntamente sobre sus
proyectos, al final de cada día, cansados pero con el ímpetu de seguir y
concluir sus obras, reflexionaban como emprender al día siguiente la labor para
dejar una mejor impronta en el barrio.
Con el manto de la noche que abrigaba
el frío y las estrellas como pequeñas luciérnagas, justo, antes del comienzo de
cada jornada de las charlas y de las cenas, padres e hijos compartían con todos
los avances, las ideas, las impresiones del día de trabajo, sus experiencias,
anhelos, sus proyecciones, sus ejercicios plásticos, sus vivencias y lo mejor
de sus vidas, acompañados ya sea con el canto de algún compañero o con un buen vaso de vino tinto.
Así desfiló el tiempo de una semana de
trabajo bajo un sol abrasador, arriba y abajo de los andamios, subiendo
pintura, brochas e ideas, reflexionando, analizando sus propuestas, hasta
llegar a la satisfacción de concluir una labor mágica a favor del arte público
y de la comunidad.
Así tenemos al maestro Leonardo
Casimiro, su hijo Olfer Leonardo y su compañera Chirley Rodríguez del Perú, juntos
trabajaron creando la obra destinada al pensador argentino Rodolfo Walsh. Mi
buen amigo y hermano, el maestro Marcelo Carpita y su hijo Lautaro Carpita, de
Buenos Aires, Argentina, crearon el homenaje al pensador y escritor argentino
Daniel Moyano y el maestro Guillermo Roura y Julián Roura de Mar de Plata,
Argentina, recrearon al pensador mexicano Juan Rulfo.
Esta experiencia entre padre e hijo, es
experiencia y continuidad, es memoria, es un buen ejemplo, es compartir esa
práctica emotiva, sensible y hermosa, es
una manera de heredar, es una forma de enseñanza y aprendizaje bilateralmente,
es como ir dejando juntos sus improntas en los muros, es reflexionar y
construirse juntos como sujetos históricos, es un aporte simbólico y muy significativos a sus
vidas, y sobre todo la contribución al arte público en correspondencia al
rescate de los valores identitarios de la memoria histórica de Latino américa.
Felicito y abrazo este gesto muy
humano entre padres e hijos, (todos ellos mi amigos, compañeros y hermanos) y
por haber compartido juntos con todos los colectivos y colegas en este
Encuentro que, nos posibilitó un encuentro y reencuentro con tanto y tantos
hermanos creadores latinoamericanos que seguimos abrazando utopías, de pintar
muros y paredes a favor del imaginario colectivo de nuestros pueblos.
Por: Isaías Mata.